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Arteterapia Gestalt para el bienestar integral de niños y adolescentes
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Mensajes de Halloween para la gestión emocional
Educación emocional pre-adolescentes
Presentamos esta nueva propuesta de Educación emocional a través de recursos creativos para chicas y chicos de 11 a 14 años. Sin duda, la etapa previa a la adolescencia es un momento delicado al que conviene que prestemos atención. En estos años de transición, los seres humanos dejamos de ser niños/as, tampoco somos adultos/as, ni siquiera adolescentes plenamente. Es como una tierra de nadie, en la que se difuminan los límites de la identidad, comienza la separación natural de las figuras de apego principales y la persona siente la necesidad de pertenecer a un grupo de iguales.
En esta etapa los chicos y chicas necesitan herramientas básicas para conocerse, gestionar sus emociones y poder relacionarse con los/las demás de manera saludable.
Planteamos 4 talleres mensuales de 2 horas cada uno en los que abordaremos contenidos y recursos básicos de Inteligencia Emocional con el fin de mejorar la calidad de vida y la salud psico-afectiva de nuestros/as pre-adolescentes.
Para más información, aquí te dejo el siguiente video:
Bienestar emocional en vacaciones
Ahora que llegan las vacaciones de verano para tantos niños y niñas podríamos preguntarnos cómo ayudarles a descansar cuerpo y mente para recargar las pilas, además de seguir aprendiendo y creciendo ya que el curso escolar termina, pero la vida afortunadamente continúa.
Es muchas veces en los largos y calurosos veranos cuando el tiempo parece detenerse, que conseguimos contactar con otros ritmos y otras necesidades. En los días que corren se hace perentorio, casi urgente, levantar la cabeza de las pantallas y mirarnos de nuevo unos a otros, sin prisas, sin exigencia, sin tener que hacer nada en particular. Recuperar los largos paseos, las risas, los bailes y los juegos al aire libre.
Si podemos pasar más tiempo con nuestros niños/as, no hay mejor momento que el verano para ayudarles a conocer y gestionar sus emociones.
Dentro de la inteligencia emocional se encuentran las competencias para la vida y el bienestar. Entre otras cosas se incluye en estas competencias la capacidad para generar y/o disfrutar de experiencias placenteras. Esta aptitud nos conduce directamente a la vivencia del bienestar psicológico, emocional. Y uno de los caminos directos hacia el bienestar es encontrar un ritmo más lento, poder parar, disfrutar momentos de silencio mental, relajación y contemplación.
Qué importante me parece enseñar hoy que podemos estar sin hacer nada. Que no solo podemos sino que necesitamos a ratos parar y no hacer nada. Lo escribo y hasta me parece “políticamente incorrecto” porque hoy el valor del rendimiento, del hacer, conseguir, o tener, se ha sobredimensionado tanto que parece que si no estamos haciendo algo, estamos perdiendo el tiempo. Sin embargo el cerebro necesita “resetear” de tanta información, de tanto estímulo, y conectar con el aburrimiento a veces y con el vacío. Un vacío que, cuando lo sostienes lo trasciendes. Cuando te quedas en él, se puede transformar en un campo fértil de ideas nuevas, de propósitos, que, en el caso de los niños/as, a veces toman la forma de cuentos, juegos, canciones, bailes y sueños.
Se trata en definitiva, de conectar más con el hemisferio derecho del cerebro, relacionado con la imaginación, la fantasía, la intuición y la creatividad, y todo ello forma parte de la capacidad para generar experiencias de disfrute y placer, que son clave para sentir bienestar psicológico.
Una forma de poner en marcha a nuestro hemisferio derecho es la práctica de la contemplación. Contemplar no es solo ver ni solo mirar sino que va un poco más allá. Ver es percibir a través de nuestros ojos la realidad. Mirar comprende dirección, intención y atención a algo concreto. Contemplar es detenernos en la mirada de lo observado, sin prisa, sin metas, sin recompensas, pues el premio se encuentra en el proceso, no en el fin. Y la explicación nos la puede dar el significado, la etimología de esta palabra.
Parece ser que “contemplar” procede del latín “contemplari” y está compuesta del prefijo “con” (junto a) y “templum” que significa “templo” como “lugar sagrado para ver el cielo”. Cuando contemplamos y no solo miramos, estamos abriendo la puerta de la percepción y de nuestra mente a otra manera de relacionarnos con la realidad, que nos hace experimentar paz, calma y disfrute, ingredientes básicos del bienestar emocional. Y ese lugar en nuestro interior, en el que experimentamos esas emociones positivas es sin duda alguna el lugar sagrado desde el que vislumbrar el cielo.
Si podemos conseguir en nuestras vacaciones vivir a un ritmo más lento, pasar horas sin hacer nada, perdernos en la contemplación de una obra de arte, de paisajes, de seres vivos, del cielo que cambia a cada instante de forma y de color…, estaremos conectando con nosotros mismos a través de nuestros sentidos, estaremos permitiendo a nuestro cerebro formar nuevas conexiones neuronales y también estaremos enseñando a nuestras niñas/os como se alcanza el Bien-Estar, clave de la inteligencia emocional.
Cuento El rey y la rana en formato audio libro
Próximamente encontrarás disponible en nuestra tienda virtual el cuento «El rey y la rana» de «Siete cuentos para crecer» esta vez en formato audio-libro, narrado con el complemento de efectos sonoros, música y las voces de actores de doblaje que dan vida a los personajes, convirtiendo así la narración en una ficción sonora, divertida y emocionante.
Este cuento, que trata sobre la emoción del miedo, nos presenta la aventura de un rey león, fuerte y poderoso, que se enfrenta a su mayor temor ayudado por una pequeña rana detective. En formato audio-libro, la narración logra sumergirte de lleno en un entorno misterioso que, en el caso de los pequeños oyentes, consigue captar su atención de principio a fin.
Las ventajas que proporciona al público infantil la escucha de audio-libros se pueden resumir en:
- Desarrollo de la imaginación y la creatividad.
- Desarrollo de la capacidad de escucha
- Mayor comprensión lectora
- Aprendizaje de competencias lingüísticas
- Adquisición del hábito lector (si acompañamos la audición del cuento con la lectura en formato físico).
A continuación, para ir «haciendo boca» te presentamos un pequeño avance del audio-cuento. Espero que lo disfrutes.
FORMAR PARTE
Formar parte, pertenecer, sentir que soy una más de entre un grupo de iguales, es una necesidad básica del ser humano. En la relación con otros me puedo ver como si me asomara a un espejo. Ver mi seguridad y mis certezas, también mis miedos y vulnerabilidad. Navegar en la incertidumbre y en el flujo de la vida es más fácil cuando voy acompañada.
Posiblemente la humanidad no haya vivido nunca un momento histórico en donde coexistan tantas paradojas. La mayor de ellas, a mi manera de ver, es cómo disponemos en teoría de tanta facilidad y posibilidades para conectar con los demás y comunicarnos (a nivel de transportes y tecnología), y a la vez cómo el individualismo, la tendencia a quedarnos en la zona de confort, y la falta a veces de compromiso y de autenticidad en las relaciones, nos conduce a la soledad y al aislamiento. La razón de fondo es el miedo.
¿Miedo a qué? Miedo a mostrarnos como somos, no sea que no gustemos. Miedo a comprometernos en una relación, no sea que nos fallen o que fallemos. Miedo a pedir lo que necesitamos no sea que no lo recibamos. Miedo a mostrar mi enfado no sea que el otro me muestre el suyo y se rompa la relación. Miedo a perder el control o a tener que negociar, o a afrontar un conflicto.
Demasiado miedo a veces ¿no es verdad? ¿Y qué hay detrás? ¿Cuál es el miedo mayor de la mayoría en esta “sociedad del bienestar”? El miedo mayor es sentir y tener que sostener el dolor propio o ajeno. Y lo que ocurre es que para no sentir dolor nos acorazamos y entonces ni sentimos dolor ni sentimos placer ni sentimos nada. Nos contamos a veces que no necesitamos nada, ni a nadie. Y en el colmo del absurdo podemos llegar a lo que está ocurriendo en otras sociedades en donde cada vez hay más personas que únicamente se relacionan con otras (a nivel afectivo o sexual) a través de la pantalla de un ordenador. En esta situación desde luego no ha ayudado nada, más bien al contrario, la complejidad de situaciones que hemos vivido y seguimos viviendo, a causa de la pandemia.
¿Qué podemos hacer? Os pregunto ¿qué pensáis? Mi opinión es que, ya que estamos aquí, no nos queda otra que intentar vivir. No sobrevivir. VIVIR.
Vivir, para un ser humano, es, estar en la vida en contacto, en relación consigo mismo y con los demás, afrontando el riesgo del dolor.
Os animo a buscar lugares y espacios en donde encontraros con iguales, en donde formar parte de… sea sinónimo de intimidad, respeto, confianza, escucha y creación colectiva (creación en sentido amplio, pues no hay mayor creación que la de la propia vida).
Para ello pongo mi granito de arena. Este año me comprometo con las mujeres en formar grupos en donde podamos trabajar temas que nos preocupen o que nos ocupen. Trabajaremos desde la fuerza que da el FORMAR PARTE.
Toda la info en el siguiente enlace:
https://forms.gle/saq9eLgz72fB5cYL6